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- Fertilización -
Abonado.- Las plantas se deben abonar entre finales de otoño e
invierno para corregir posibles deficiencias en el terreno y así
favorecer su desarrollo, siendo conveniente conocer cuál es el estado
del suelo para saber qué necesita realmente. Para ello se debe realizar
un análisis de suelo y/o un análisis foliar, recogiendo muestras
de la siguiente forma:
- para el análisis de
suelo, se deben recoger al azar muestras de tierra de varios puntos de la
parcela a una profundidad mayor de 30 cm. Se mezclan las diferentes muestras y
se toma finalmente en torno a 1Kg de la mezcla resultante. Posteriormente se
envía al laboratorio, donde tras el análisis se aportarán
las recomendaciones de abonado pertinentes. Al margen de para nuevas
plantaciones, es interesante renovar los análisis de las plantaciones
cada 4-5 años de media.
- en un análisis
foliar se analiza la composición mineral de las hojas. La muestra se
puede tomar ya en octubre y/o después de la brotación de
primavera (consultar a los técnicos), debiendo recoger siempre hojas de
ramas sin fruto de la periferia en los cuatro puntos cardinales, a una altura
media en la copa del árbol. Normalmente son suficientes cuatro hojas por
árbol de árboles escogidos al azar. No deben mezclarse hojas de
distintas variedades existentes en la plantación ni hojas sanas con
otras con signos de carencias.
En caso de no realizar
análisis, puede aportarse al suelo un abono mineral a base de
Nitrógeno-Fósforo-Potasio ("NPK") en la proporción 8-6-6 o
12-10-18, siendo conveniente que se complemente con Magnesio (por ejemplo
12-10-18+ 2Mg) y con abono orgánico bien descompuesto. También se
pueden añadir quelatos, tanto de hierro como de distintos microelementos
necesarios para los cítricos, especialmente si el color de la parte
verde no es intenso y/o si se aprecia falta de vigor.
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